Me he prometido muchas veces ya no ser tan grillera, así de “ya Laurita, si te pasas”. Pero créanme no es cosa mía. Viene de familia yo creo que es genético.
Porque miren, por un lado tengo a mi abuelo, quién toda su vida estuvo afiliado a un sindicato. Y aunque la idea original de estos era chida (hace más de 100 años) pues como aquel gag de los Simpsons “mi vieja mula ya no es lo que era”, los sindicatos dejaron de serlo. Pero bueno, como buen sindicalista estaba apegado a lo que su sindicato y su líder de la CTM, Fidel Velázquez dictaban-¡uy! imagínense todavía era líder sindicalista- Y les descontaban un chingo en cuotas de no se qué. Tenía prestaciones que para mi edad eran chidas, como entrar gratis al cine o comer gratis de la dulcería, o comprar ropa o juguetes en las tiendas del sindicato, y viajes a la playa o Oaxtepec, porque claro siendo ocho chamacos eso ayudaba, pero nada más.
En fin, que mi abuelo siempre fue grillero. Siempre. Desde chico. Le replicaba a sus tías, ya saben las típicas de vestido negro hasta los pies. Se largó a los Estados Unidos a dizque probar suerte y regresó. Y no pasaba de los 20 creo yo. Se mete a una empresa de cine llamada en ese tiempo Películas Nacionales y se une al H. Sindicato de Trabajadores de la Industria Cinematográfica Sección 1 - STIC para los cuates-. Eran 49 secciones y nomás escuché esos dos en toda mi infancia. Los otros 47 brillaban por su ausencia. Pues bueno, resulta que una noche pero ya muy noche, veo a mi abuela preparar un itacate y a mi abuelo con un enorme sarape, su eterno e inconfundible sweater color shedron de Chiconcuac de esos que el frío se las pela, y tomar las llaves de su eterno compañero el vochito rojo 1969. Y que ya se iba.
No, no pérenme, ¿a dónde? ¿Se peleó con mi abuela? ¿Con mi mamá otra vez? Pero él nunca se va de casa. ¿Qué pasó aquí? Pues no, se va a la huelga, ¿Cuál huelga? Pues una y ya vete a dormir no seas chismosa, mañana tienes que ir a la escuela. ¿Pero por qué se va? Porque sí. Pero ya es bien noche. Sí, y por eso ya vete a dormir. ¿Pero que es huelga? Queti, ya vete a dormir.
Y ahí tienen a mi yo de la infancia yéndose a su cama preguntándose si su abuelo regresará de esa cosa o lugar llamado huelga, ¿Dónde quedaba? Playa no era por el sarape y ese suéter, aunque bueno en las madrugadas luego hace frío. Debe ser un lugar frío a lo mejor en Puebla y que a él le gustaba mucho ir a Puebla, entonces debe estar por ahí, ¿Qué frutas era una huelga?
Total, días después me entero, puesto que salió en el periódico, que los miembros de la Sección № 1 del STIC se habían ido a huelga por mejora de salarios. También salió en las noticias con Jacobo. Y ¿quién creen que había salido en la foto y en el noticiero aunque fueran 5 míseros segundos? ¡MI ABUELO! Ahí sentado en el suelo de no se donde, con su sarapito y su suetersote de Chiconcuac. Entre dos banderas rojinegras aunque se veían grisnegro porque mi tele no era a color, la foto era blanco y negro, y no había redes sociales así que imagínense.
¿Y a quién afectaba esta huelga? Pues al cine a quién más. No había boleteros, ni los de la dulcería, ni gente en la puerta, ni gente que trabajara editando películas o revisando cintas. La huelga no duró mucho que digamos y mi abuelo regresó a los dos días porque su guardia terminó. Y todo se arregló y siguió su vida normal. Aunque luego quería pelearse si le pegaban a su fiel escudero el vochito rojo y más se enfurecía si alguno de los chamacos iba en el carro y algún gañán se pasaba un alto o lo hacían frenar o algo. Les gritaba y siempre traía una macana de policia por si las dudas. Era justo decirles como nos mirábamos todos cuando eso pasaba. Y más si iban mi abuela o mi mamá. O ambas (ah es que esos vochitos eran megaespaciosos créanme).
Pero no nada más salí grillera por parte del abuelo materno, mi abuela paterna también tuvo lo suyo, según me contaba mi mamá que su suegra obtuvo su casa porque en aquellos días el presidente en turno andaba haciendo proselitismo en la colonia donde vivía. Típico priista con guayabera blanca 100% de lino, de ese finito que nomás se arruga con sólo verla. >Y andaba el preciso de ese entonces haciendo campaña de algo, (nada que ver con lo que se hace ahora, no vayan a creer) y que se le planta mi abuela enfrente entregándole una carta. ¿Qué contenía aquella carta? Nunca se supo con exactitud, pero si se que gracias a esa mentada carta obtuvo su casa más rápido de lo que ahora te dan un crédito en Infonavit.
Y mis papás. Bueno es que tampoco ellos venden piñas. Mi padre en su juventud era hippie acá sesentero y se nos fue a Avándaro a apoyar el movimiento black power, haciendo camisetas con un puño negro alzado. Puedo jurar que he de tener hermanos de aquella or…fiesta musical. Y se metió al 68 y a toda revuelta que hubiera. Y mientras trabajaba de fotógrafo en el recién y chulo estrenado metro.
De mi madre recuerdo más cosas. De cuando llegó de un viaje de negocios de Hong Kong y aduanas no le permitió pasar algunas cosas que traía de su viaje. Eran esos bonitos tiempos entre Jolopo y Miguelito de La Madrid y pues todo estaba patas parriba. Como ahorita. Aquellos años de la fayuca pues. Resulta que no la dejaban pasar con los juguetes para sus chamacos y unos leones chinos retebonitos y otras parafernalias de allá y pues que se quiere quedar aduanas con ellos y ella ni tarda ni perezosa dijo ¡ni pa Dios ni pal Diablo! Y tiró un robot y un león chino. Pero como trabajaba en una delegación comercial, le dieron luz verde y se pudo traer los juguetes que nos trajo incluyendo al pobre robot todo rotito. Y a un león chino que ha sobrevivido hasta ahora, junto con un ábaco. Y así me la puedo seguir como otra ocasión en la que trabajaba con gente de la SCT en un área donde hacían exposiciones y como tardaban en pagarle un día se peleó con quienes la contrataron(que uno era su eterno enamorado pero con puestazo en la Secretaria y el otro era el segundón del enamorado muy guapo pero no muy inteligente) y le dieron unos pocos billetes como para que se calmara. Y que tira los billetes a la basura, y les dice que ella no recibe migajas de nadie por muy alto puesto que tengan. Todo a grito pelado a las tres de la tarde en una oficinota de la SCT. Ya se imaginarán. Dos horas después, salió con su cheque completito. Y sí, si la volvieron a contratar. Y luego le quisieron ver la cara pero les salió el tiro por la culata pero eso ya es otro cantar. Así como también la vi pelearse un día con un gallero, y un presidente municipal por unos permisos para una feria de pueblo que organizaban. Y créanlo o no esa gente no se anda con tonterías. Luego le ponían la mano enfrente diciendo que ellos no hablaban con viejas. Pero ella les respondía que su papá le había enseñado a no llorar como las viejas, eran los tiempos que quieren, y pues ya la pelaban.
Yo no me he metido en muchas grillas o grandes grillas como ellos, pero si he tenido mis bemoles. Y mi chamaco también porque de casta le viene al galgo. Pero a veces es mil veces preferible tu grilla y que tu voz sea escuchada por algo que consideres injusto, a que solamente se escuchen grillos en medio del silencio de quedarte callado con tal de no hacer grilla de nada.