Nada. Nada de Nada.
Amo el agua. Nunca había nadado y cuando digo nunca es porque realmente nunca había nadado. Siempre había estado negada a nadar. ¿Para qué? Casi no viajo al mar, cuantimenos tengo alberca o tina entonces…
Más un día, me armé de valor y bueno mi madrecita santa se armó de necedad y me regaló una suscripción para mis clases de natación, esto claro antes de pandemia. Pero cerraron todo y me quedé un poco aliviada de ese compromiso. Pero como dicen no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague y pues me llegó la hora. He de confesar que si he entrado a albercas y he caminado y he metido la cabezota, pero flotar o hacer de ranita jamás. Nomás no se me daba el nadar pues.
Después de las debidas cuotas, pagos, exámenes y demás cosas entre a la alberca y el instructor me pregunta:
¿Sabes nadar? No, — le contesté- “Para eso vengo”, pensé.- ¿Nada de nada? — me pregunta nuevamente.- Naditita- le contesté nuevamente
¿Cuánto mides?- “Este don está bromeando ¿cierto?¿Pues que no me ve chaparra?
¿Has entrado al agua? “Claro, diario cuando me baño!”.
¿Te da miedo el agua? Volteé a ver a la alberca semiolímpica lo que para mi es igual a grandota. Y aquí contesté con mucha seguridad: -No-.
Y no, en realidad no me da miedo. La respeto, la admiro, pero miedo no. No le tengo miedo al mar, ni a las albercas ni a nada que tenga agua.
Ya preparada como si fuera nadadora olímpica me meto a la alberca, al carril que me corresponde: el primero obviamente. Dividido en dos obviamente. El primero con niños que ya saben nadar. El segundo con las que de plano estamos en otro planeta. Me meto y llego caminando a donde me corresponde, ¡CAMINANDO! Obvio llegué cansada.
II. BUZO CAPERUZO
1a. Lección: Sumérgete sin respirar … y respira bajo el agua. ¡Achís! ¿Cómo diablos haces eso? Bueno, pues agarras aire y valentía y huevos y te sumerges. Y ya, dejas que la física, la biología, la química y todo eso haga su trabajo. Lo de los cuerpos flotando, presión en agua y blablabla que te enseñaban en la escuela, todo eso lo aplicas aquí. Cuando ya todo eso te olvidó.
Y como por arte de magia, flotas. Todo tu cuerpo flota. Obvio no puedes estar sin respirar porque pues no, imposible. Así que sueltas el aire por la nariz y la boca y llegas a la superficie nuevamente. Así como cuando era uno niño y hacia bucitos con la bebida. Eso que a uno le decían que que cochinada que no lo hicieras. Eso que te prohíben jugar con las bebidas. ESO pues, está permitido en la natación. Y bueno pues me pongo a hacer bucitos; 5 segundos, 10 segundos, 15 segundos; una vez, dos veces, tres veces. Así hasta que ya estoy cansada de hacer bucitos. Y ya cuando estás hasta el queque de bucear. Sigue lo importante: NADA.
III. ZEN MOOD:
Aquí lo comparo mucho con la meditación, tomas aire y lo sostienes un rato y lo sueltas, y estás así para estar presente o el mindfulness tan de moda. Pues ese método lo aplico en la natación: tomo aire, sumerjo mi cabeza durante unos segundos y luego la saco para volver a respirar y no pienso más que en ese momento en el que estoy en el agua.
IV. ESTOY FLOTANDO JACK
¿Se acuerdan de la polémica escena de Titanic de que Rose se aferrara a la tabla? Pues así, te avientan una tabla pequeñita y unos cosos chistosos que no recuerdo como se llaman y un enorme popote de fomi para que con eso empieces a nadar y a patalear. ¿Y saben qué? ¡FUNCIONAN! Por muy pequeños que se ven ahí estás flotando con esas cosas para ponerse entre las piernas o aferrándote a la tabla o al popote. Las primeras veces obvio me sacaba de onda, cuando te dicen que patalees y coordines piernas en lo que le llaman scroll. Y ahí voy, pataleando aferrada a la tabla. Nadando pues, y con la cabeza mirando al fondo de la alberca. Y de verdad el cuerpo humano es maravilloso porque el mismo te va indicando como flotar para que no tengas accidentes. Confiar en él, en tu cuerpo. Y poco a poco piensas: “ estoy flotando Jack!”. Y ahí pian pianito ya avanzaste 2mts de alberca. Michael Phelps estaría mega orgulloso de mí.
V. A CHORUS LINE
Coordinar, 1,2,3,4, 5 segundos cabeza arriba y tomar aire y luego bajar cabeza otra vez 1,2,3,4,5, soltar bucitos y subir cabeza de lado para tomar aire.
Y luego siguen las brazadas brazo derecho, sumerges cabeza, brazo izquierdo, bajas cabeza y no dejes de patalear. Y ¿cómo era? Primero floto, luego pataleo, luego braceo, luego respiro, y luego saco la cabeza y luego patalear. Me detengo un poco y saco la cabeza fuera del agua. Y veo a los niños nadar. A LOS NIÑOS! ¿ALGUIEN HA PENSADO EN LOS NIÑOS? ¿Cómo sacan sus cabecitas? ¿Cómo patalean y bracean como si fuera lo más fácil del mundo y yo no pudo ni coordinar patada y braceo con la tabla?
Claro que no llevo más que unos meses haciendo esto, y mis clases son en fin de semana pero si me enoja un poco (o un mucho) que esa coordinación que en otros veo tan fácil a mi nomás no se me da. Y que se me complique mucho.
VI. FLECHA DIRECTA HACIA LA NADA.
Lo que más me gusta de nadar es cuando llegas al final de la alberca y te impulsas con las piernas para hacer lo que según esto se llama sprint, que es prácticamente como si brincaras horizontalmente (bueno se entiende lo que quiero decir) y pareces flechita, y de ahí si sabes hacer un buen sprint puedes nadar media alberca. Ese impulso en particular a mi me encanta.
VII. LAS JAIBAS PREPARATORIANAS
Mi abuelo amaba nadar. Y enseñó a mis hermanos y a mis tíos, (hombres todos ellos) a nadar y a nadar estilo olímpico. Nunca entenderé porque a las mujeres nomás no nos picoteó el orgullo en esto. Porque pude haber sido buena nadadora. Como él.
El fue una orgullosa “Jaiba Preparatoriana”, uno de los nadadores en participar en los primeros Centroamericanos. Nomás no llegó más lejos porque se cuenta que los jueces no vieron cuando tocó el final de la alberca. Cosa que desde que estoy en clases de natación lo hago.
Y al final creo que ese es otro motivo para que aprenda a nadar. Para que doquiera que ande me vea haciendo mis sprints, mis brazadas y crolls. Para que vea como llegó y toco la pared de la alberca para que nadie diga que no lo hago.
Y porqué al final de todo y como bien dice Dory: “Si la vida te derrota que hay que hacer?”
¡NADAREMOS! ¡NADAREMOS!